El 21 de diciembre de 1946, en el local de la calle Pasaje Catalina 72
de la ciudad de Córdoba, se reúnen un importante grupo de delegados
de los distintos sindicatos de farmacias del país (Capital Federal, Rosario,
Santa Fe, Mendoza, La Plata, Avellaneda y 4 de junio, Junín, Córdoba)
en el Congreso de los Trabajadores de la Farmacia Argentina, con el fin
de dar nacimiento a la Federación Argentina de Trabajadores de Farmacias
y Afines (FATFA), cuya sede se establecerá en la Capital Federal.
La declaración de principios, aprobada por aclamación, dice textualmente
que "La Federación de Trabajadores de Farmacia y Afines declara:
Que el actual régimen social, al sancionar cada día una más irritante
injusticia con el asalariado, obliga al proletariado a buscar en la agremiación
las fuerzas necesarias para una eficaz defensa de su subsistencia.
Que la desproporción entre los valiosos servicios prestados por el gremio
a la conservación pública y el bajo nivel de salarios existentes pone
en evidencia la explotación que soportan los trabajadores en manos
de la clase patronal. Que una vez más queda demostrado que al asalariado
se lo tiene sometido a un sistema de vida que solo permite vivir para seguir
sirviendo a la producción.Por ello, la FATFA llama a todos los empleados
del gremio a organizarse sindicalmente para ampliar las conquistas
obtenidas en las condiciones de trabajo y de vida, hasta dejar establecida
una real y verdadera justicia social”.